El momento de negociar cuando vendes en solitario.

El momento de negociar cuando vendes en solitario.

Negociar el precio de la vivienda

Si has tomado la decisión de vender en solitario y ha llegado el momento de negociar el precio de la vivienda, debes recordar algunas pautas.

Cuando llegue el momento de negociar, debes estar preparado y mantener la calma. La vinculación personal con tu casa no es buena consejera para vender. 
Recuerda que «todo empieza antes».

Resolver cualquier duda

Debes procurar posicionarte antes de la negociación. Obtén poder. Piensa cuál será tu mejor alternativa posible a la negociación actual. Procura resolver cualquier duda, manteniendo muy alto el interés del comprador para conseguir un acuerdo final lo más rápido y eficiente posible.

Negociación con éxito

El acuerdo en precio y condiciones

Una vez te hagan una oferta, debes llegar a un acuerdo en precio y condiciones. Responde a las objeciones y procura ser sensible y flexible a las preocupaciones legítimas del comprador. Prepárate para ceder algo. Debes descubrir que puedes pedir y hasta dónde quieres ceder. Lo que no negocies ahora se podrá convertir más tarde en punto de ruptura.

Utiliza una matriz de intercambios

No silencies los aspectos menos agradables de la negociación, o saldrás perdiendo. Utiliza una matriz de intercambios para negociar mejor. Ten en cuenta que muy pocos vendedores que tratan de vender sus propiedades de manera particular tienen éxito. Otros muchos han sufrido molestias, pérdidas de tiempo, y la frustración en su empeño de tratar de vender sin llegar a conseguirlo.

Sigue estas recomendaciones cuando optes por vender sin la ayuda de un profesional con experiencia que represente tus intereses y negocie por ti, y conseguirás una venta exitosa de tu vivienda.

¿Te gusta este artículo?

Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir en Linkdin
Compartir en Pinterest

Descárgate GRATIS nuestra guía

HOLA

Te encuentras en unos de estos casos. 

Vende tu casa y gana hasta un 14% más con nosotros

Te llamamos sin compromiso (y sin atosigarte, tranquil@)